La Unión Europea ha dado los primeros pasos en la implementación de aranceles al carbono, conocidos como CBAM, que afectarán a importadores de acero, aluminio, hierro, cemento, hidrógeno, fertilizantes y electricidad.

El objetivo es nivelar el campo de juego para los industriales europeos, asegurando que no queden en desventaja frente a productos importados de países que no aplican medidas de control de emisiones.
Este arancel se aplicará mediante la compra de certificados y gravará el carbono implícito en las importaciones, comenzando con la exigencia de un registro que mida el carbono asociado a los productos importados. La iniciativa busca reducir las emisiones de efecto invernadero y promover estándares globales para la medición y control de emisiones.
Sin embargo, la implementación del CBAM plantea desafíos, como una mayor carga burocrática para los importadores y posibles conflictos con socios comerciales debido a diferencias en criterios y procesos para medir emisiones. A pesar de ello, la Unión Europea busca liderar la lucha contra el cambio climático, incentivando a otros países a adoptar medidas similares y promoviendo estándares globales para reducir las emisiones de carbono.
Vía: El País (España)